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    Día Internacional de la Sordera: causas, prevención, consecuencias y tratamientos

    El Día Internacional de la Sordera también conocido como Día de la Sordera, se celebra anualmente el último domingo de septiembre en todo el mundo desde 1958. Fue propiciado por la Federación Mundial de Sordos. El jefe del servicio de Otorrinolaringología de Povisa, Roberto Valdés, explica en qué consiste esta discapacidad que afecta a 466 millones de personas en todo el mundo.

    Se dice que alguien sufre pérdida de audición cuando su umbral de audición en ambos oídos es inferior a 25 dB. La pérdida de audición puede ser leve, moderada, grave o profunda. Puede afectar a uno o ambos oídos y entraña dificultades para oír sonidos y/o entender lo que «estamos oyendo».

    Pérdida de audición y sordera

    La sordera es una discapacidad para oír, lo que implica un déficit en el acceso al lenguaje oral. Partiendo de que la audición es la vía principal a través de la que se desarrolla el lenguaje y el habla, debemos tener presente que cualquier trastorno en la percepción auditiva del niño, a edades tempranas, va a afectar a su desarrollo lingüístico y comunicativo, a sus procesos cognitivos y, consecuentemente, a su posterior integración escolar, social y laboral (FIAPAS, 1990).  

    En los adultos puede producir un deterioro del estado neurológico de la persona con sordera debido a un disminución que la audición tiene en las funciones cerebrales.                                                                  

    Datos y cifras (OMS marzo 2019)

    1.- 466 millones de personas en todo el mundo padecen pérdida de audición discapacitante, de las cuales 34 millones son niños.

    2.- Se calcula que, en 2050, más de 900 millones de personas es decir, una de cada 10, sufrirá una pérdida de audición discapacitante.

    3.- La pérdida de audición puede deberse a causas genéticas, complicaciones en el parto, algunas enfermedades infecciosas, infecciones crónicas del oído, el empleo de determinados fármacos, la exposición al ruido excesivo y el envejecimiento.

    4.- El 60% de los casos de pérdida de audición en niños se debe a causas prevenibles.

    5.- 1.100 millones de jóvenes (entre 12 y 35 años de edad) están en riesgo de padecer pérdida de audición por su exposición al ruido en contextos recreativos.

    6.- Los casos desatendidos de pérdida de audición representan un coste mundial anual de 750.000 millones de dólares.

    7.- La situación de las personas que padecen pérdida de audición mejora gracias a la detección temprana, a la utilización de audífonos, implantes cocleares y otros dispositivos de ayuda, así como con el empleo de subtítulos, el aprendizaje del lenguaje de signos y otras medidas de apoyo educativo y social.

    ¿Cuándo la pérdida de audición es discapacitante?

    Por pérdida de audición discapacitante se entiende una pérdida de audición superior a 40dB en el oído con mejor audición en los adultos, y superior a 30dB en el oído con mejor audición en los niños. La mayoría de las personas con pérdida de audición discapacitante vive en países de ingresos bajos y medianos. Aproximadamente una tercera parte de las personas mayores de 65 años padece pérdida de audición discapacitante. 

    Causas de la pérdida de audición y la sordera

    Las causas de pérdida de audición y sordera pueden ser congénitas o adquiridas.

    Causas congénitas

    Las causas congénitas pueden determinar la pérdida de audición en el momento del nacimiento o poco después. La pérdida de audición puede obedecer a factores hereditarios y no hereditarios, o a complicaciones durante el embarazo y el parto, entre ellas:

    rubéola materna, sífilis u otras infecciones durante el embarazo

    bajo peso al nacer

    asfixia del parto (falta de oxígeno en el momento del parto)

    uso inadecuado de ciertos medicamentos como aminoglucósidos, medicamentos citotóxicos, antipalúdicos y diuréticos

    ictericia grave durante el período neonatal, que puede lesionar el nervio auditivo del recién nacido

    Causas adquiridas

    Las causas adquiridas pueden provocar la pérdida de audición a cualquier edad.

    algunas enfermedades infecciosas, como la meningitis, el sarampión y la parotiditis

    la infección crónica del oído

    la presencia de líquido en el oído (otitis media)

    el uso de algunos medicamentos, como los empleados para tratar las infecciones neonatales, el paludismo, la tuberculosis farmacorresistente y distintos tipos de cáncer

    los traumatismos craneoencefálicos o de los oídos

    la exposición a ruido excesivo, por ejemplo en entornos laborales en los que se trabaja con maquinaria ruidosa o se producen explosiones

    la exposición a sonidos muy elevados durante actividades recreativas, como el uso de aparatos de audio personales a un volumen elevado durante períodos prolongados de tiempo, o en bares, discotecas, conciertos y acontecimientos deportivos

    el envejecimiento, en concreto la degeneración de las células sensoriales

    la obstrucción del conducto auditivo producida por cerumen o cuerpos extraños

    En los niños, la otitis media crónica es una causa común de pérdida de audición.

    ¿Cuáles son las consecuencias de la pérdida de audición?

    Consecuencia funcional

    Una de las principales consecuencias de la pérdida de audición es la limitación de la capacidad de la persona para comunicarse con los demás. En los niños con pérdida de audición no tratada, el desarrollo del habla se suele retrasar.

    La pérdida de audición y las enfermedades del oído, entre ellas la otitis media, pueden tener efectos muy perjudiciales en el rendimiento escolar de los niños. Las personas afectadas suelen tener mayores índices de fracaso escolar y necesitan más asistencia educativa. 

    Consecuencias sociales y emocionales

    Los problemas de comunicación pueden tener efectos importantes en la vida cotidiana y generar sensación de soledad, aislamiento y frustración, sobre todo en las personas mayores que padecen pérdida de audición.

    Consecuencias económicas

    La OMS calcula que los casos desatendidos de pérdida de audición representan un coste mundial anual de 750.000 millones de dólares. Dicha cifra incluye los costes del sector sanitario (excluyendo el coste de los dispositivos de ayuda a la audición), los costes del apoyo educativo, la pérdida de productividad y los costes sociales.

    En los países en desarrollo, los niños con pérdida de audición y sordera rara vez son escolarizados. Asimismo, entre los adultos con pérdida de audición la tasa de desempleo es mucho más alta. Una gran proporción de los que tienen empleo ocupan puestos de categoría inferior en relación con la fuerza de trabajo en general.

    La mejora del acceso a la educación y a los servicios de rehabilitación profesional, así como la sensibilización de los empleadores acerca de las necesidades de las personas con pérdida de audición, permitirá reducir las tasas de desempleo de estas personas.

    ¿Cómo se puede prevenir la pérdida de audición?

    En general se calcula que la mitad de los casos de pérdida de audición pueden prevenirse a través de medidas de salud pública.

    En los menores de 15 años, el 60% de los casos de pérdida de audición son atribuibles a causas prevenibles. La proporción es mayor en los países de ingresos bajos y medios (75%) que en los de ingresos altos (49%). 

    En general, las causas prevenibles de la pérdida de audición en niños son:

    infecciones como la parotiditis, el sarampión, la rubéola, la meningitis, las infecciones por citomegalovirus y la otitis media crónica (31%)

    complicaciones al nacer como asfixia del parto, bajo peso al nacer, prematuridad e ictericia (17%)

    uso de medicamentos ototóxicos en embarazadas y lactantes (4%)

    otras causas (8%)

    Algunas estrategias de prevención sencillas de la pérdida de audición incluyen:

    vacunar a los niños contra las enfermedades de la infancia, en particular el sarampión, la meningitis, la rubéola y la parotiditis;

    administrar la vacuna contra la rubéola a las adolescentes y las mujeres en edad fecunda, antes de que queden embarazadas;

    prevenir las infecciones por citomegalovirus en mujeres embarazadas mediante una higiene correcta; efectuar pruebas para detectar y tratar la sífilis y otras infecciones en las embarazadas;

    fortalecer los programas relativos a la salud materna e infantil, incluida la promoción de los partos sin riesgos;

    seguir unas prácticas correctas de atención otológica;

    reducir la exposición a ruidos fuertes (tanto en el trabajo como en las actividades recreativas) mediante la sensibilización de la población sobre los riesgos que acarrean; promulgar y aplicar legislación apropiada; y fomentar la utilización de dispositivos de protección personal como los tapones para oídos y los audífonos y auriculares que amortiguan el ruido ambiental;

    realizar pruebas de detección de la otitis media a los niños y llevar a cabo las intervenciones médicas o quirúrgicas  si es necesario;

    evitar el uso de algunos medicamentos que puedan ser nocivos para la audición, a menos que sea prescrito y supervisado por un médico;

    remitir al servicio pertinente a los bebés que presentan riesgos altos (por ejemplo, los que tienen antecedentes familiares de sordera, los que han nacido con bajo peso o han sufrido asfixia del parto, ictericia o meningitis) a fin de someterlos a una evaluación y diagnóstico tempranos y garantizar que se les dispensa el tratamiento adecuado, según proceda; 

    aplicar la Norma mundial de la OMS-UIT para los dispositivos y sistemas de audio, cosa que pueden hacer los gobiernos y los fabricantes de teléfonos inteligentes y reproductores MP3. Si se aplica, la norma puede evitar la pérdida de audición causada por prácticas de audición que son nocivas para el oído; 

    informar a los jóvenes y al resto de la población sobre la pérdida de audición y su etiología, prevención y detección.

    Detección y tratamiento 

    La detección e intervención tempranas son fundamentales para minimizar las consecuencias de la pérdida de audición, en el desarrollo y el rendimiento escolar del niño. En los lactantes y niños pequeños con pérdida de audición, la detección y el tratamiento tempranos en el marco de programas de detección auditiva neonatal pueden mejorar los resultados lingüísticos y escolares del niño. 

    La detección de las enfermedades del oído y la pérdida de audición en los ámbitos preescolar, escolar y profesional también es una herramienta eficaz para identificar y tratar la pérdida de audición en una etapa temprana.

    El cribado se puede hacer con hearWHO app, una aplicación que pueden descargar y utilizar los adultos para comprobar y seguir regularmente su audición. Asimismo, puede ser utilizada por los profesionales sanitarios como método de cribado en la comunidad para realizar posteriormente pruebas auditivas en quienes estén indicadas.

    La situación de las personas que padecen pérdida de audición puede mejorar con la utilización audífonos, implantes cocleares y otros dispositivos de ayuda auditiva. La logoterapia, la reeducación auditiva y otros servicios conexos también pueden ser beneficiosos. Sin embargo, la producción mundial de audífonos satisface menos del 10% de las necesidades mundiales y del 3% en los países en desarrollo. En entornos de ingresos bajos, la falta de baterías y de servicios de ajuste y mantenimiento de los audífonos es también un obstáculo importante. En todo el mundo, muchas personas que sufren pérdida de audición se beneficiarían del acceso a audífonos e implantes cocleares asequibles y adecuadamente adaptados, así como a servicios de seguimiento.

    Las personas que padecen pérdida de audición pueden aprender a comunicarse mediante la lectura de los labios, los textos escritos o impresos y el lenguaje de signos. La enseñanza del lenguaje de signos beneficiará a los niños con pérdida de audición, y los subtítulos y la interpretación al lenguaje de signos en la televisión facilitarán el acceso a la información.

    El reconocimiento oficial de los lenguajes de signos nacionales y el aumento del número de intérpretes de esos lenguajes es importante para mejorar el acceso a los servicios de lenguaje de signos. Fomentar la creación de organizaciones de personas con pérdida de audición y grupos de apoyo para padres y familiares y reforzar la legislación de derechos humanos también pueden ser medidas favorables para una mayor inclusión de las personas con pérdida de audición.

    Respuesta de la OMS

    La OMS ayuda a los estados miembros a desarrollar programas de atención del oído y la audición, integrados en el sistema de atención primaria de salud de los países. 

    La labor de la OMS consiste en:

    proporcionar asistencia técnica a los Estados Miembros en lo concerniente a la elaboración y ejecución de planes nacionales de atención de la audición;

    proporcionar orientación y recursos técnicos para capacitar a los trabajadores de la salud en materia de atención de trastornos de la audición;

    formular y difundir recomendaciones para combatir las principales causas prevenibles de la pérdida de audición;

    promover la sensibilización respecto de la prevalencia, las causas y las consecuencias de la pérdida de audición, así como de las posibilidades de prevención, detección y tratamiento;

    elaborar y difundir instrumentos basados en pruebas científicas para una sensibilización más eficaz;

    observar y promover el Día Mundial de la Audición como evento anual de promoción mundial;

    crear alianzas para desarrollar programas de atención audiológica consistentes, como las iniciativas dirigidas a garantizar unos precios asequibles de los audífonos, los implantes cocleares y los servicios de audiología;

    recopilar datos sobre la sordera y la pérdida de audición, con el fin de demostrar la magnitud y las consecuencias del problema; 

    presentar y promocionar la Norma mundial de la OMS-UIT para los dispositivos y sistemas de audio;

    fomentar una audición sin riesgos para reducir el riesgo de pérdida de audición debida al ruido en contextos recreativos mediante la iniciativa de la OMS Audición responsable y segura;

    utilizar la iniciativa de la OMS Audición responsable y segura como instrumento de sensibilización para reducir el riesgo de pérdida de audición inducida por ruidos relacionados con actividades recreativas; 

    promover la inclusión social de las personas con discapacidad, incluidas las que padecen pérdida de audición y sordera, por ejemplo, mediante redes y programas comunitarios de rehabilitación.

    En 2017, la 70ª Asamblea Mundial de la Salud adoptó una resolución relativa a la prevención de la sordera y la pérdida de audición. En esa resolución se pide a los estados miembros que integren las estrategias de  atención audiológica y otológica en el marco de sus sistemas de atención primaria, bajo el paraguas de la cobertura sanitaria universal. Además, se pide a la OMS que adopte una serie de medidas de promoción de la atención audiológica y otológica a nivel mundial, entre ellas las que se mencionan más arriba.

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