Noticia publicada por el Diario de Ferrol
La pandemia marcó un punto de inflexión en cómo se abordan los temas de salud mental en la sociedad española. Hoy en día, somos más conscientes de los problemas que afectan al bienestar emocional de la gente y, si bien todavía hay una cierta barrera cultural a la hora de hablar abiertamente cuando se va al psicólogo o al psiquiatra, o se recibe tratamiento, se han dado significativos pasos adelante para afrontar estas situaciones.
El número de bajas por motivos de salud mental casi se ha duplicado en los últimos cinco años, según un estudio reciente, que señala además que esta es la principal causa de bajas laborales entre los menores de 30 años. “Tengo muy claro que la pandemia ha afectado a la salud mental de toda la población, a sus hábitos, costumbres e incluso, a la forma de relacionarse”, explica Omar Muquebil Rodríguez, psiquiatra del Hospital Ribera Juan Cardona.
Por su experiencia en la consulta, ha detectado que la pandemia ha dejado una huella importante en los jóvenes: “acuden más adolescentes a consulta y mencionan ese momento como algo que ha supuesto un cambio en sus vidas, aunque es interpretado de forma diferente por cada persona”.
El 10 de octubre se celebra el Día Mundial de la Salud Mental para llamar la atención sobre la importancia de cuidar de nuestro bienestar emocional. Este año tiene como lema “Compartimos vulnerabilidad, defendamos nuestra salud mental”.
La punta del iceberg
“Lo normal es que las personas acudan a consulta en momentos de crisis, cuando algún problema externo les ha afectado de forma significativa y, bien por iniciativa propia, o por iniciativa familiar, se deciden a pedir ayuda. Sin embargo, es frecuente que detrás de ese momento puntual de crisis subyazca algún otro problema no tratado, como cuadros ansioso-depresivos que llevan tiempo sin recibir una adecuada atención o trastornos obsesivos, que se quedan sin un adecuado tratamiento”,explica el especialista.
Se acude a consulta en momentos de crisis, pero es frecuente que detrás de esa situación subyazca otro problema no tratado.
Algunos de esos casos incluyen trastornos adictivos o trastornos de la conducta alimentaria, que no deja de ser la punta del iceberg de otros problemas con origen en traumas anteriores. “Podemos encontrar personas que consultan por problemas de adicción a la cocaína a edades ya relativamente avanzadas en los que, al investigar encontramos un trastorno por déficit de atención e hiperactividad no tratado”, añade el psiquiatra.
“También hemos visto problemas del binomio distimia (una depresión no excesivamente grave, pero que perdura durante años en el tiempo) y con frecuencia se asocia con dolor crónico, como la fibromialgia o la fatiga crónica, que requieren un abordaje integral mediante fármacos y también psicoterapia”, apunta el doctor Muquebil.
El especialista señala que para identificar a una persona que necesita ayuda, la mayoría de las veces solo es necesario prestar atención y sentido común. Por otra parte, señala que “la gravedad de un trastorno mental no se valora por el diagnóstico o el nombre que recibe, sino por las limitaciones y déficits para poder ser funcional en el día a día”.
“Consultar a un profesional de la salud mental es el primer paso para empezar a resolver los problemas que afectan a la salud mental global”, considera el especialista del Hospital Ribera Juan Cardona.