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“No son aconsejables las prácticas de tirones para corregir o evitar la fimosis”

Noticia publicada por el Diario de Ferrol

Es una duda habitual en las consultas pediátricas. La fimosis es una estrechez del orificio del prepucio, la piel que recubre el glande y que impide la retracción del mismo, ya que la piel no desciende. Puede ser congénita (de nacimiento) o adquirida. 

Cabe destacar que durante los primeros años de vida se considera normal y suele resolverse espontáneamente, en la mayoría de los casos, o con el uso de alguna crema de esteroides. 

El doctor José Manuel Pardo Figueiras, urólogo del Hospital Ribera Juan Cardona, advierte: “No son aconsejables las prácticas de tirones u otras maniobras en los niños para forzar la piel y debe consultarse con el médico si se reporta dolor, o se nota enrojecimiento en la zona o infección urinaria”.  Esta costumbre muy extendida hace años, además de resultar muy dolorosa, puede producir desgarros que empeoren el pronóstico de la fimosis, como consecuencia de cicatrices. 

Eso sí, es importante mantener unos buenos hábitos de higiene y limpiar correctamente la zona, de manera normal y cotidiana, sin forzar la bajada de la piel.

Fimosis adquirida

“Los casos de fimosis leve en adultos pueden resolverse con cremas de antibióticos y corticoides”, señala el urólogo. Es un poco más complejo el tratamiento de los casos de fimosis secundaria o adquirida. “Estos casos se deben principalmente a la presencia de hongos o bacterias que producen inflamación crónica del prepucio, con la consiguiente fibrosis y perdida de elasticidad del prepucio. Es una entidad muy frecuente en adultos mayores”, explica el doctor Pardo.

“Esta situación en especialmente habitual en paciente diabético o inmunosuprimido, ya que la mayor concentración de glucosa en la orina condiciona la presencia de gérmenes en el área (como la cándida) y pérdida de la elasticidad de la piel con la consiguiente aparición de la fimosis”, añade el profesional.

La balanitis y la balanopostitis recurrente, una inflamación en el glande y en la piel del prepucio que normalmente tiene su origen en una mala higiene, condiciona la aparición de fimosis.

“Estos pacientes deben tener mayor cuidado en la higiene del área, controlarse adecuadamente la glucemia y evitar las infecciones de manera preventiva, de nuevo con hábitos cotidianos de buena higiene”, recomienda el especialista. 

“Una vez diagnosticada la fimosis o es recurrente la presencia de fisuras e infecciones en el prepucio, el tratamiento más indicado es el quirúrgico, una intervención conocida como circuncisión o fimosectomía que consiste en retirar la piel del prepucio”, explica el urólogo. “Se realiza con anestesia local y colocación de puntos absorbibles. Es bien tolerada y es ambulatoria con rápida reincorporación a la vida cotidiana y laboral”, concluye. 

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