- Este nuevo equipo obtiene imágenes del fondo del ojo con un elevado nivel de detalle que permite detectar enfermedades antes de que den síntomas.
- El retinógrafo permite realizar angiografías no invasivas de forma rápida y precisa, mejorando el diagnóstico precoz de patologías periféricas.
La unidad de oftalmología del hospital Ribera Povisa se sitúa en la vanguardia de la tecnología con la instalación de un retinógrafo Optos con angiografía, un equipo de última generación que permite a los especialistas estudiar la retina de forma no invasiva, rápida y con un nivel de detalle sin precedentes.
El retinógrafo es un dispositivo médico que permite obtener imágenes de alta resolución del fondo del ojo, similar a una cámara fotográfica ultra potente. Esta prueba es clave en la detección, seguimiento y tratamiento de enfermedades oculares como la retinopatía diabética, la degeneración macular asociada a la edad (DMAE), oclusiones vasculares o incluso tumores intraoculares.
El nuevo modelo Optos instalado en el hospital Ribera Povisa integra angiografía por fluoresceína con tecnología de imagen de campo ultra-amplio (UWF), lo que permite visualizar hasta el 82% de la retina en una sola captura, frente al 10-15% que ofrecen los retinógrafos convencionales.
“El nuevo retinógrafo que acabamos de poner en marcha en el hospital nos coloca a la vanguardia del diagnóstico oftalmológico. Con este nuevo equipo podemos ver la retina en su totalidad, con una precisión que antes no era posible”, subraya la doctora Inés Pérez Flores, jefa de la Unidad de Oftalmología de Ribera Povisa.
El equipo permite, además, realizar angiografías no invasivas de forma rápida y precisa, mejorando el diagnóstico precoz de patologías periféricas que podrían pasar desapercibidas, y reduciendo la necesidad de dilatar la pupila en muchos casos, lo que hace la prueba más cómoda para el paciente.
El procedimiento es sencillo, rápido, cómodo e indoloro. El paciente se sienta frente al equipo y fija la mirada en un punto. El nuevo dispositivo toma imágenes en apenas segundos, sin necesidad de contacto directo con el ojo.
En caso de realizarse una angiografía, se administra previamente un contraste por vía intravenosa (fluoresceína), lo que permite estudiar el flujo sanguíneo en la retina.
“La detección precoz es clave para evitar pérdida de visión irreversible. Gracias a esta tecnología, podemos intervenir antes, de forma más eficaz y con menos molestias para el paciente”, afirma la doctora Sara García Caride, especialista retinóloga.
Las pruebas realizadas con esta tecnología están especialmente indicadas tanto para pacientes con enfermedades oculares ya diagnosticadas como para aquellos en revisión rutinaria que presenten factores de riesgo, como diabetes, hipertensión, antecedentes familiares de problemas retinianos o miopías muy altas. “Su capacidad para detectar alteraciones en zonas periféricas de la retina la convierte en una herramienta crucial para la medicina preventiva”, asegura García Caride.