Noticia publicada por el Diario de Ferrol
Un estudio epidemiológico realizado el año pasado en España revelaba que un 33,3% de la población adulta es hipertensa. El dato más alarmante de los resultados obtenidos es que en nuestro país hay más de 6,7 millones de personas adultas que no tienen su tensión controlada.
El Hospital Ribera Juan Cardona ha abierto una consulta específica de hipertensión arterial, lípidos y riesgo cardiovascular que atiende el doctor Francisco Martínez Debén quien advierte: “la prevalencia de la hipertensión se incrementa al 50% de la población a partir de los 60 años, con lo que el envejecimiento progresivo de la población hará que el problema vaya en aumento”.
La hipertensión arterial es el principal factor contribuyente a la mortalidad global mundial. Es un factor de riesgo para el desarrollo de enfermedades cardiovasculares y renales, siendo las primeras la principal causa de muerte en nuestro país.
“La hipertensión es un proceso silente: la mayoría de los pacientes no tienen ningún síntoma específico y es importante su diagnóstico temprano, para lo cual es fundamental la medición periódica de las cifras de presión arterial en toda la población”, indica el especialista.
“No existe un perfil típico de paciente hipertenso. En los pacientes con otros factores de riesgo cardiovasculares, tales como las dislipemias, la diabetes mellitus, la obesidad o el sedentarismo es más frecuente el hallazgo de hipertensión. Asimismo, en los pacientes de más edad, la prevalencia es mayor”, explica el doctor Martínez Debén.
Las consecuencias de una hipertensión mal controlada o no tratada se producen en dos niveles: por un lado, el sistema vascular sufre las consecuencias de soportar unas cifras anómalas de presión sobre sus paredes; y por otro lado los principales órganos de nuestro cuerpo se dañan al ser perfundidos con una presión elevada de manera crónica. Estos órganos, los denominamos órganos diana, son el cerebro, el corazón, los riñones y la retina.
“El daño de la hipertensión arterial se produce al cabo de meses o años de tener la presión arterial elevada. Llevar una dieta saludable, el ejercicio y el control de peso son factores importantes para la prevención”, señala el doctor que valora a los pacientes en el Hospital Ribera Juan Cardona.
“El daño de la hipertensión arterial se produce al cabo de meses o años de tener la presión arterial elevada”
“La disminución de la sal en la dieta sería la acción de mayor importancia. En nuestra dieta consumimos más del doble de lo que recomienda la OMS. Nos hemos acostumbrado culturalmente al sabor salado, y es muy difícil cambiar ese hábito en la vida adulta. A ello se suma que el 80% de la sal que ingerimos es sal añadida por la industria alimentaria”, añade.
Cuando las recomendaciones de hábitos saludables ya no son suficientes, el médico valorará las medidas farmacológicas necesarias. “En la actualidad ya se están desarrollando nuevos fármacos, con nuevos mecanismos de acción, que prometen un futuro muy interesante”, apunta el doctor.



