Noticia publicada por Diario de Ferrol
Si bien el dolor menstrual es común y afecta a muchas mujeres, una molestia severa no es “normal”, y puede ser síntoma de una condición médica subyacente. Tradicionalmente, las mujeres han normalizado el malestar de las reglas y aplazan las consultas. Los expertos, sin embargo, avisan: “No hay que normalizar un dolor que interfiera con la actividad cotidiana. Cualquier dolor de importancia debe llevarte a la consulta del especialista”.
“Cuando las adolescentes tienen sus primeras menstruaciones, hay que valorar las molestias que sufren. Si los dolores son tan intensos que afectan a su vida diaria, es recomendable hacer una revisión. De esta manera, se puede identificar si hay alguna patología y se ofrecen pautas e información que les ayude a entender mejor esta nueva etapa de sus vidas”, apunta la doctora Luz Marina Márquez, ginecóloga del Hospital Ribera Juan Cardona.
“Aunque no hay una edad específica recomendada para acudir a una primera consulta ginecológica, se recomienda una evaluación cuando se presenten síntomas y haya malestar. Y ya de manera general, sería bueno hacer un reconocimiento antes del inicio de la actividad sexual”, detalla.
Si hablamos de las pacientes más jóvenes, las consultas ginecológicas más habituales son, en primer lugar, por infecciones, luego dismenorrea o dolor con la menstruación, trastornos menstruales e interés por métodos de anticoncepción.
Entre los síntomas que nos deberían alertar para ir a consulta se incluirían: un sangrado anormal o un flujo vaginal anormal, dolores pélvicos o mamarios, aparición de bultos en mamas o genitales, picor vulvar o vaginal, alteraciones en la menstruación, etc.
“Luego de iniciar una vida sexual activa, debería hacerse revisión anual hasta tener pareja estable. La Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia aconseja que todas las mujeres se realicen una citología a partir de los 25 años. Además, para un seguimiento adecuado, debe repetirse cada 3 años si se tiene entre 25 y 30, y cada 5 años desde los 30 hasta los 65”, añade.
“El examen ginecológico incluye la exploración física y toma de muestra de citología cérvico-vaginal a las mujeres sexualmente activas, que estudia la estructura de las células del cérvix uterino con el propósito de detectar lesiones producidas por el virus del papiloma humano o el cáncer. Además, se realiza una ecografía pélvica y se solicitarían exámenes adicionales de acuerdo al tipo de riesgo detectado en cada paciente”, explica la ginecóloga.
Las pacientes del Hospital Ribera Juan Cardona tienen la posibilidad de realizarse todas las pruebas recomendadas en una revisión ginecológica en el mismo día, incluida la mamografía en caso de estar indicada por el especialista.
Enfermedades de transmisión sexual
“Cada vez vemos a mujeres más jóvenes que acuden a consulta para asesorarse sobre métodos anticonceptivos. En general, el preservativo es el más utilizado seguido de los métodos hormonales y el Dispositivo Intrauterino o DIU”, indica la ginecóloga. Para utilizar estos últimos es necesario consultar previamente a un especialista que dará las recomendaciones e instrucciones pertinentes en cada caso.
Ante el significativo aumento de las enfermedades de transmisión sexual, la doctora Márquez insisten en la necesidad de utilizar métodos de barrera, porque más allá de prevenir un embarazo no deseado, reducen los contagios de enfermedades como clamidia, gonorrea, VIH, herpes genital, virus del papiloma humano o incluso la sífilis.
“El preservativo y la protección oral son los métodos de barrera más efectivos. Lo más importante es usarlos desde el inicio del coito, con el propósito de evitar el contacto de la zona enferma con zonas sanas. Además, hay que ser cuidadoso con la limpieza de juguetes sexuales y el aseo adecuado de las manos”, explica.
Para la doctora Márquez, las principales recomendaciones para tener una vida sexual sana incluyen, además del uso de medidas de barrera: “no deshumanizar el coito, conocer a tu pareja sexual y tener una única pareja sexual para evitar el sexo con alguien infectado. Y en el caso de tener una relación sexual de riesgo hay que acudir siempre al médico para realizarse las pruebas y comunicarlo a la pareja sexual, para que haga lo mismo y evitar la propagación. La mayoría de las ETS son asintomáticas pero pueden tener graves consecuencias para la salud como infertilidad, inmunodeficiencia, insuficiencia hepática y cáncer de cérvix, además de serios problemas en el corazón y el sistema nervioso”, concluye.